A un año de la tragedia.

Hoy se cumple un año de la tragedia más grande de mi familia, ya que cerca de las seis y media de la tarde de  aquel jueves estaba a punto de salir (aún trabajaba en la agencia de medios digital SocialBits) a las 19:30hrs, cuando sonó mi celular; sería una llamada que cambiaría mi vida para siempre.

Ese día mi mamá había salido a caminar con mi hermano Danny, fueron al centro y mi mamá iba con idea de comprarle unos pants porque a él le gustaba mucho usarlos. Así que fueron a Mixcalco, ahí mi mamá ya tenía a algunos conocidos a quienes en algunas ocasiones les compraba. Visitaban pasillo por pasillo viendo toda la ropa, hasta que se detuvieron en uno en el que a Danny le llamó la atención uno y le dijo a mi mamá -Mamá ¿me pompas ese?- Mi hermano tenía capacidades diferentes (autismo moderado con daño orgánico cerebral) sabía hablar, pero atesoramos cada una de sus frases porque a pesar de sí poder hablar, se comunicaba sólo para lo estrictamente necesario como: -Mamá, yo sí quero tota- o -Mamá, yo no quero pecarito-

Sólo alguien que ha vivido con un niño así puede entender la felicidad que causa el escucharlos hablar, en mi caso me la pasaba platicando todo el tiempo con él, cuando me acompañaba a algún lado, se sentaba a mi lado en el asiento del copiloto mientras yo le iba preguntando: -¿Oye Danny, qué es eso?- Y me encantaba cuando había algún anuncio de Telcel porque tendía a decirme las frases de los anuncios del radio o televisión como por ejemplo: -Toro México, toro telcel- Que es el slogan de Telcel. O por ejemplo con los Elektra me decía: – Nadie vene más barato que Eleta-

Por Dios que recordar sus frases y decirlas mientras las escribo hacen que se me quiebre mi corazón, es tan difícil saber que ya no está más aquí. Porque al detenerse mi mamá a comprar ese pants que le había gustado, ella lo vio y le dijo que sí, entonces se lo dieron, él agarró la bolsa de plástico con su pants en el interior y fue entonces que mi mamá abrió su bolsa de mano y buscó su cartera para sacar el dinero; se distrajo unos segundo sacándolo y empezando a  contarlo aún adentro de la bolsa tratando de ocultar la cantidad que traía a ojos curiosos que pudieran interesarse en ello. Fue entonces que al levantar la vista Danny ya no estaba más junto a ella.

Ella instantáneamente se alteró demasiado y preguntó a la vendedora si había visto a donde se había ido, pero la respuesta fue negativa; entonces comenzó a correr por adentro de todos los pasillos del mercado de Mixcalco sin éxito en la búsqueda; fue entonces que empezó a rodear todo el mercado por su barda perimetral y calles aledañas. Desgraciadamente todo fue inútil, fue entonces que recibí su llamada, escuché en su voz toda la desesperación del mundo me dijo con voz quebrada: – Hija, necesito que vengas se me perdió Danny en Mixcalco – Sin pensarlo salí corriendo apenas diciendo alguna palabra a mis jefes. En aquel momento yo trabajaba en Mariano Escobedo, justo frente al Liverpool de Polanco.

Salí lo más rápido que pude y me fui corriendo hacia Mixcalco, ese día empezó la búsqueda que terminaría un día 28 de diciembre cerca del medio día, después de 18 días de haber vagado por la ciudad sin medicamento, comida, agua… Por más que lo buscamos inclusive en Toluca, la salida a Puebla y otros, recorriendo podría casi decirse que calle por calle toda la ciudad. No pudimos encontrarlo antes de que la muerte lo hiciera.

Ese día, cuando nos llamaron aún teníamos la esperanza de poder encontrarlo de hacer que volviera a casa, de escucharlo reír, de escucharlo enojarse porque mi otro hermano le ganaba su lugar en la mesa o en su sillón favorito. Pero Dios o la vida, quizá el destino dictaron que era el momento de separarnos tal vez para siempre.

El tipo de educación que recibí en la casa, aunque mi papá jamás terminó una carrera es una de las personas más cultas que he conocido; estudiaba y leía por el puro placer de hacerlo. Me inculcó ese hábito, sin embargo por lo mismo me heredó un pensamiento crítico, la religión era un tema muy discutido entre él y yo. Después de haber leído infinidad de libros como las Guías del antiguo y nuevo testamento de Isaac Asimov, Porque no soy cristiano de Bertrand Russel, La puta de Babilonia de Fernando Vallejo, el Anticristo Nietzsche comencé a tornar mi pensamiento al agnosticismo, pero un agnosticismo realmente informado y crítico; no como muchos que se dicen ateos sin siquiera saber que es lo que realmente significa el ateismo o conocer la diferencia por ejemplo con el nihilismo.

Y es que todo era extremadamente lógico como podía creer que un Dios judío descrito en un libro tan lleno de errores podría siquiera acercarlo a lo que para mí era un concepto más cercano de Dios como el SER ontológico de Parménides, ¿cómo es posible que un Dios tuviera problemas de autoestima y esto generara la necesidad de haber creado seres para que todo el tiempo lo estuvieran alabando? ¡Qué pequeño tendría que ser un Dios así! No podía caberme en la cabeza una idea de un Dios tan viceral pudiera a si mismo llamarse Dios.

Pero entonces, después de todo eso ¿qué quedaba? Y llegaba a la conclusión que después de todo ya sólo quedaba una infame nada. Que pulvis est et pulvis reverteris, polvo eres y en polvo te convertirás. Quizá al final de mi vida sólo habría pedido que grabaran un epitafio similar al de Miguel de Unamuno: «Señor apiádate del alma de este pobre ateo».

Sin embargo ahora, a pesar de todas mis creencias, de todos mis conocimientos que he adquirido a través de la lógica, de la historia, de la filosofía. Todo se reduce a el siguiente pensamiento:

«Señor, desde lo más profundo de mi corazón brotan lágrimas de tristeza; mi hermano ya no está más contigo. Algunas personas me dicen que está contigo, que es uno más de tu séquito celestial de ángeles jugando entre los jardines de tu lugar prometido el paraíso del cual no tengo la certeza que exista pero… Señor, si es verdad que existes y que hay un cielo; aunque me niegues a mí la existencia pido con todas las fuerzas de mi alma que exista por él; la estrella más brillante en esta noche oscura, por mí no hay problema si están cerradas las puertas de la vida eterna pero él aún en vida era uno de tus ángeles a los cuales cortaste las alas para poder venir a esta tierra a enseñarnos a amar, a él no le niegues eso no le niegues la dicha de la vida eterna. Señor no se si existas, pero por él y para él deseo que eso no fuera más que un sueño creado por la imaginación humana, porque no podría soportar que la vida sea tan ínfima, tan frágil, que una vez que se acabó no haya nada más allá que solo cenizas y polvo.»

No sé si tú que me estás leyendo creas o no en Dios, espero no te ofendan mis palabras. Simplemente es algo que siento desde mi corazón tras todo lo que he vivido. Quisiera poder creer ciega y firmemente en Dios, más sólo tengo la esperanza de que no sea sólo un sueño.

Ahora después de todo esto, no sé… Me siento tan sola, siempre había pensado que en cuanto juntara un poco de dinero me lo llevaría conmigo a conocer los lugares que yo siempre he querido conocer… Vaya, mis dos hermanos y yo, pero sé que por lo menos mi otro hermano no depende de nadie más que de los propios límites que él se ponga para poder ir a conocer por si mismo, pero Danny no; dependía de la familia para poder hacerlo, hubiera sido grandioso llevarlo a conocer la tierra de uno de nuestros grupos favoritos, él no podía pronunciar su nombre; les decía los lives… Pero son los Beatles.

Ahora se que ese es uno de los sueños que jamás podré cumplir; podría decir que lo llevé a escuchar al grupos que los interpretaban como Morsas o For no One en el teatro Hidalgo o el Tepeyac; pero quería llevarlo a ver el verdadero lugar de los Beatles.

Creo que por hoy es todo, no puedo ya más.